Lección 5

LA ETERNIDAD DEL INFIERNO

 Ap. 20:10.

      El aspecto más terrorífico del infierno es el de su duración. El infierno es algo eterno, o sea, para siempre, sin fin. No hay fórmula ni ecuación matemática que pueda explicarla. Tu mente no puede concebir la eternidad. Sin embargo, es algo real a pesar de todo.

     El aspecto de la eternidad del infierno es algo que debería hacer que los pecadores gritaran de arrepentimiento, que aullaran delante de las iglesias buscando que los dejaran entrar para escapar de las llamas del infierno, porque así como nadie podía escapar del diluvio, sin entrar en el arca de Noé, tampoco nadie podrá escapar del infierno, si no es a travez de la única puerta que Dios ha puesto en este mundo: la iglesia, aquella que es “columna y baluarte de la verdad", aquella que es portadora del Evangelio del Señor Jesucristo y de los apóstoles. Veamos:

 I.- La naturaleza eterna del infierno.

 Ap. 20: 9-10.

      La misma expresión que se usa para denotar la eternidad de la vida de Dios se usa para expresar la eternidad de la existencia del infierno, J. Edward dice:

      Sería terrible sufrir este furor y esta ira por toda la eternidad. No habrá fin para esta aguda y horrible miseria. Cuando mires hacia delante, verás un largo para siempre, una duración infinita ante ti, la cual tragará tus pensamientos, y sorprenderá tu alma;  y estarás absolutamente desesperado de no tener liberación, de no tener fin, de no poder mitigar, de no tener reposo de todo.

     Conocerás ciertamente que deberás consumirte luchando contra esta venganza todopoderosa y ausente de misericordia durante largas edades, millones de millones de edades.

     Y cuando así lo hayas hecho, cuando esas tantas edades hayan pasado sobre  ti de esa manera, conocerás que eso es sólo un punto de lo que queda. De manera que tu castigo será verdaderamente infinito."  

     ¡Oh, quién puede expresar cuál es el estado del alma en tales circunstancias! Cuán terrible es el estado a que tú te encuentras expuesto  diariamente,  ante el  peligro de esa ira y miseria infinitos.

     A ustedes les digo, en  el nombre de Jesús de Nazaret, arrepiéntanse y humíllense buscando el perdón para escapar del infierno. Ustedes tienen una oportunidad extraordinaria y si la rechazan les pasará como a todos aquellos que hoy tienen sus corazones endurecidos y ciegos.

      Un autor define el infierno diciendo:

      "No es mucha la idea que podemos hacernos de esta cuestión, pero para ayudarles en alguna manera a concebirla, imagínense en medio de una hoguera o de un gran horno, donde su dolor sea mucho más grande que el roce accidental de un carbón ardiendo, puesto que su calor es superior.

     Imaginen también que sus cuerpos sean retenidos en ese lugar durante un cuarto de hora,  en plena conciencia, ¡cuán grande es el horror  de entrar en semejante horno! ¡Y qué largo les parecería ese cuarto de hora!

     Después de haberlo soportado durante un minuto, qué insufrible sería pensar que todavía faltaban otros catorce.

     Pero, ¿cuál sería el efecto producido en sus almas, si ustedes supiesen que tendrían que permanecer en ese tormento durante veinticuatro horas... o años enteros... o miles de años?

     ¡Oh, entonces, cómo se hundirían sus corazones si supieran que habrían de sufrirlo año tras año! ¡Que no habrá final! ¡Sin llegar nunca al final! ¡Que después de un millón de siglos, su tormento no estaría más cerca de su final que al principio, y que nunca serán libertados!

     Pero el tormento en el infierno será inmensamente superior a lo que esta ilustración representa.

             Y un autor llamado Christopher Love emplea una ilustración para tratar de ayudarnos a entender lo que significa la eternidad en el infierno:

      “Supongan  que todas las montañas de la tierra fueran montañas de arena, y que más y más montañas sean añadidas hasta alcanzar el cielo  y que un pajarito puede tomar un grano de arena cada mil años de esa gigantesca montaña de arena.

     Serían necesarios innumerables millones de años antes de que toda esa masa de arena desapareciera, y aun así este proceso de tiempo llegaría a un final, y sería una dicha para el hombre si el infierno no durara más  que ese tiempo; pero esta es la miseria del hombre en el infierno: No tendrá más oportunidad de salir después de haber transcurrido millones de años  que cuando fue arrojado allí al principio; porque su tormento se prolongará por la eternidad, sin fin, por cuanto el Dios que castiga es eterno.”

 Ahora bien:

 ¿Por qué el castigo del infierno es eterno?

 1.- Porque el Dios que condena es un Dios eterno.

      La naturaleza del infierno se basa en Dios mismo.

       Heb. 13:8 dice que “Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y por los siglos”.

       Sal. 111:3 nos dice que "... su justicia permanece para siempre”.

       1 Ped. 1:24, nos añade que “La Palabra del Señor permanece para siempre.

      Si el Señor Jesucristo es eterno, si la justicia es eterna y si la Palabra de Dios es eterna, entonces el infierno es eterno.

     El infierno es conforme a la naturaleza de la ira de Dios, la cual es eterna porque la ira es un atributo eterno e inmutable de Dios.

 2.- El infierno  debe ser eterno porque la justicia de Dios nunca quedaría satisfecha por el castigo finito de los pecadores, no importa lo mucho que durara.

      Es imposible para el hombre satisfacer la justicia de Dios; sólo Jesucristo, siendo igual a Dios, dotado con una justicia semejante a la de Dios, pudo satisfacerla, cuando en la cruz del calvario sufrió el castigo de un infierno eterno por aquellos por los que vino a morir. Porque escrito está: “La paga del pecado es muerte.” Y Él murió para darnos la vida.

 3.- El infierno es eterno porque los pecadores seguirán pecando en el infierno.

      Allí en el infierno los pecadores aumentarán y agravarán su culpabilidad porque continuarán pecando en grados inimaginables, porque allí no habrá gracia común que detenga su descomposición moral. Allí la maldad alcanzará niveles conforme a la medida de Satanás, el príncipe de las tinieblas.

     Imagínese lo que sería usted teniendo a Judas como vecino, o teniendo a Hitler, o a Nerón, o al carnicero de Milwoky como su vecino en el infierno.

     Sólo tener a un pecador como vecino en el infierno eso sería un infierno. En el infierno los malvados se aumentarán el tormento entre sí al acusarse y condenarse los unos a los otros.

     Los hombres no se arrepentirán en el infierno, porque el carácter de los pecadores no cambia, seguirán pecando toda la eternidad.

    Y mi amigo que estás aquí sin Cristo, ¿te haz preguntado quiénes serán tus vecinos en el infierno? Porque Cristo dijo: “Si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.

      Y tú preguntarás, ¿y cómo me arrepiento yo? Muy sencillo:

 1.- primero, reconoce que eres un pecador,

 2.- segundo, ven delante del Señor y confiésale tu realidad y necesidad espiritual apremiante,

  3.- tercero recibe por medio de la fe a Cristo  en tu corazón,

  4.- cuarto, empieza a orar y escudriñar las Escrituras, obedécelas,

 5.-  quinto, únete a quienes, por la gracia de Dios, han escapado del infierno, a la IBT, por ejemplo.

       Aquellos que no se arrepientan mientras vivan en la tierra, pecarán eternamente en el infierno y allí serán castigados eternamente por sus pecados en la tierra y por sus pecados en el infierno.

 II.- En el infierno habrá diferentes niveles de castigo, pues así lo enseña la Palabra de Dios.

 Luc. 12: 47-49.

    En Mat. 11:24 el Señor dice "Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma, que para ti."

     Los versículos de Lucas hablan de una distinción en el juicio basada en la cantidad de luz recibida. Note que dice “el que sin conocer la voluntad de su señor hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco”, pero al siervo que conociendo la voluntad de su señor no las hizo, “recibirá muchos azotes.”

      Los hipócritas religiosos, aquellos que profesan la fe cristiana, pero que en realidad  no son cristianos, esos serán castigados con mayor severidad que el resto de la humanidad caída (Mat. 23: 14-15).

             ¿Cómo podría el Señor hacer estas aseveraciones si la aniquilación es lo único que hay después de la muerte?

            ¿Por qué dijeron de Judas que mejor le fuera a ese hombre no haber nacido, si después de la muerte lo que le esperaba era la aniquilación o inexistencia?

            La descripción de un castigo  eterno sólo tiene sentido cuando hay la capacidad de sentirlo por la eternidad, y el hombre, al ser creado a la imagen y semejanza de Dios, tiene una existencia eterna.

            Mis amigos que están sin Cristo, cada vez que ustedes pecan aumentan su nivel de  tormento en el infierno. Cada día en que respires aquí en la tierra sin haberte arrepentido le añades castigo a tu castigo, tormento a tu tormento (Rom. 2: 5-9).

            Oye lo que dice la Palabra Dios: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, mas conforme al espíritu.

            Ahora, ni  nunca, habrá condenación para los que están en Cristo. Ahora, tú puedes salir de ese peligro inminente en que estás de pasar a la eternidad sin Cristo. Ven a Él, y serás salvo. Amén.